10 Creencias muy conocidas sobre el comportamiento humano que es hora de desmentir

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10 Creencias muy conocidas sobre el comportamiento humano que es hora de desmentir

La mente humana es impredecible, por lo cual es difícil determinar su comportamiento tanto de forma personal como grupal. Esto hace que, desde la psicología, se generen ciertos mitos o creencias que nos llevan a una percepción errada sobre la interacción entre la gente. Muchos estudios se han realizado para comprobar o desmentir afirmaciones que, en la práctica, no resultan del todo ciertas, dando lugar a otras líneas de investigaciones para el estudio psicológico.

En Genial.guru se investigó la veracidad de algunos mitos para comprobar qué tan ciertos son y qué es lo que sucede en realidad con cada uno de ellos.

1. Los primogénitos son líderes naturales

Si bien es cierto que los hijos mayores asumen más responsabilidades que sus hermanos menores y suelen ser los que mandan, el liderazgo está más relacionado con las características personales de cada niño. Es decir, es el estilo de crianza de los padres el que influye en la creación de un nuevo líder, independientemente del lugar que los hijos ocupen como hermanos.

Esto es importante en casos como las empresas familiares, que casi siempre toman al hermano mayor como responsable de liderar y gestionar el negocio. Sin embargo, no siempre cuenta con esas cualidades de líder. Por otro lado, los hermanos menores pueden llegar a ser más perseverantes y hasta más propensos a volverse emprendedores.

2. Los niños con más fuerza de voluntad tienen éxito en la vida

En los años 90, un estudio analizó a un grupo de personas que se habían sometido a un experimento donde debían resistirse a realizar ciertas acciones para obtener una recompensa. De ahí concluyeron que los niños con gran fuerza de voluntad logran tener éxito en la vida.

Sin embargo, un grupo de investigadores replicó el mismo experimento, el cual consistía en hacer sentar a unos niños delante de un malvavisco por varios minutos para ver qué tanto se resistían a comerlo. En este nuevo estudio se analizó a una mayor cantidad de postulantes y también se tuvieron en cuenta otros factores, como su entorno social y tipo de educación recibida en su familia.

De esa forma, concluyeron que el “retraso de la gratificación” y el “éxito posterior” no necesariamente están relacionados. Influyen también el entorno y la educación recibida en la infancia.

3. Hombres y mujeres tienen diferentes estilos de comunicación

Por mucho tiempo se ha difundido la idea de que hombres y mujeres se comunican de forma muy diferente, ya que el sexo está relacionado con la personalidad. Pero, en realidad, estas características están más vinculadas con el contexto social y los roles que les son impuestos según el género.

En este caso, al eliminar por completo las normas impuestas tanto a hombres como a mujeres, estos logran comunicarse de manera similar. Por eso mismo, el sexo de cada persona no es ningún factor para definir su personalidad, carácter, pensamiento o habilidades.

4. El refuerzo negativo significa usar el castigo para cambiar un comportamiento

El refuerzo negativo y el castigo son dos métodos muy diferentes que se usan para educar a los niños. Mientras que el primero trata sobre eliminar algo malo para lograr cierta conducta, el segundo trata sobre una consecuencia que surge a causa de cierto comportamiento o acción.

Puede que haya casos en que el refuerzo negativo y el castigo se vean relacionados, pero no por eso deben tomarse como sinónimos. Quizá logren modificar la forma de ser de un niño, pero mientras el castigo crea recuerdos desagradables, el refuerzo negativo puede mejorar su actitud sin dejar secuelas en su mente.

5. Los colores pueden atraer a una pareja potencial

Por mucho tiempo se ha creído que la ropa de ciertos colores influye en la atracción de personas del sexo opuesto. Un buen ejemplo es el clásico vestido rojo, que hasta ahora se cree ayuda a potenciar el atractivo de las mujeres en busca de una pareja.

Sin embargo, la preferencia que pueda tener una persona con respecto a otra no está relacionada con que se use una prenda roja o de otro color. Si bien cada color puede representar un significado, no necesariamente influye a la hora de socializar con otros para iniciar una relación amorosa.

6. La personalidad se define por completo en la adultez temprana

Otro de los mitos más difundidos es que la personalidad se define antes de los 30 años. Pero un estudio comprobó que el comportamiento y carácter de cada persona son variables y pueden modificarse a lo largo de su vida. Por ejemplo, hay algunos que se vuelven más amables después de los 30 y, llegados a los 60, van volviéndose más flexibles en relación con su juventud.

Los cambios también pueden influir en el interés o entorno de cada uno. Asimismo, también el cambio de personalidad puede influir en la edad, haciendo que, llegado a cierto punto, se busque tener un número reducido de amigos o se quiera una relación más estable. La gente cambia, sea joven o adulta.

7. Solo usamos el 10 % del cerebro

El mito del 10 % del cerebro es solo eso: un mito. Pero todavía muchos siguen creyéndolo, incluso algunos profesionales lo avalan en el sector académico. Y es que esta idea cuenta con varias décadas de existencia. Incluso se realizaron estudios para comprobar su veracidad.

Sin embargo, las personas usan el 100 % del cerebro para realizar diversas actividades. Y es que este órgano está conformado por distintas partes que ayudan a emitir o recibir información percibida por los sentidos. Desde servirse un café hasta memorizar un folleto, el cerebro trabaja activamente por medio de las actividades neuronales conectadas a distintos órganos del cuerpo humano.

8. Todos tenemos un estilo de aprendizaje preferido

Si bien uno puede sentirse cómodo con cierto estilo de aprendizaje, no está comprobado que esto influya en el rendimiento del estudiante. En realidad, influyen otros aspectos, como el tipo de material que se debe estudiar. Aun así, el mito todavía persiste, e incluso uno mismo puede “sentir” que está aprendiendo algo cuando en realidad no lo ha hecho.

9. La oxitocina es la “hormona del abrazo”

Si bien es cierto que la oxitocina está ligeramente relacionada con las demostraciones de afecto con otras personas, esta hormona es algo más que un “estímulo de abrazos”. Una de sus funciones es facilitar la lactancia materna en los seres vivos, y también estimula las contracciones durante el parto.

Además, la oxitocina también está relacionada con el dolor, ya que se cree que durante el enamoramiento se activan ciertas zonas del cerebro vinculadas con la detección de lesiones. De esa forma, se piensa que funciona como un analgésico para experiencias dolorosas, como una pérdida o rompimiento.

10. Colocar imágenes de ojos en un establecimiento fortalece la vigilancia

Debido a un estudio realizado en un establecimiento de bebidas, en donde se colocó una imagen de ojos para incentivar la compra de productos, se creyó que las señales de vigilancia incentivaban a la cooperación y comportamiento humano, ya que generaban esa sensación de “sentirse observado”.

Sin embargo, un grupo de investigadores refutó este experimento, ya que decidió replicarlo en un contexto similar para comprobar que los resultados obtenidos no eran los mismos. Esto también puede estar relacionado con otros factores del comportamiento humano.

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