Discusiones de pareja. Estrategias para el cambio positivo

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Discusiones de pareja. Estrategias para el cambio positivo

“Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo”. Aristóteles

Discutir en pareja es completamente natural y saludable siempre y cuando lo hagamos con respeto mutuo. Manifestar al otro lo que nos molesta e irrita es la mejor manera de abordarlo en lugar de no decirlo y callarlo, haciendo que a la larga la situación empeore, ya que los problemas no se solucionan por si solos. No existen las parejas perfectas, los conflictos son parte de la vida y de las relaciones humanas. Es inviable, utópico y ficticio pensar que es posible estar de acuerdo en todos los asuntos. Se trata de que las diferencias no sirvan para alejarse más sino todo lo contrario, para crecer y enriquecerse como persona y como pareja. El elemento clave que va a marcar la diferencia es la forma que gestionamos la comunicación en la expresión del desacuerdo. El problema fundamental radica cuando hacemos de las peleas asuntos interminables, recurrimos continuamente al pasado para sacar temas no resueltos, utilizamos faltas de respeto… que provoca que finalmente tenemos que dejar el tema aparcado y sin resolver porque resulta imposible abordarlo. Es en estos casos cuando hay que tener especial cuidado, ya que si ocurre de forma habitual conseguiremos erosionar la relación de pareja, afectando tanto al vínculo afectivo como a la relación en sí misma.

Para resolver los problemas y las preocupaciones de la vida en pareja es necesarios plantearlos, debatirlos y abordarlos de forma conjunta. No hablarlos o hacer cómo que no existen, los gravará aún más.

De los asuntos más habituales en las discusiones de pareja son los relacionados con el reparto de las tareas domésticas y el cuidado y la crianza de los hijos. Varios estudios han puesto de manifiesto que con respecto a las tareas domésticas y a la educación de los hijos son las mujeres las que se responsabilizan más de realizarlas, dedicando casi el doble de tiempo que los hombres a estas tareas. En estos casos resulta muy útil, siempre que sea posible económicamente, contratar los servicios de personal del hogar para solventar y aliviar la carga que supone las tareas domésticas, lo que repercute muy positivamente en la calidad de la relación de pareja.

Aunque tengas toda la razón, si el otro no te está entiendo lo que le quieres explicar, es mejor dejar el tema para otro momento… y abordarlo de forma más tranquila y efectiva cuando este más receptivo.

Cuando surge este tema en consulta durante las sesiones de Terapia de Pareja siempre insisto en que cuando el otro no es capaz de escucharte, va a resultar imposible que pueda entenderte… y por tanto muy difícil intentar llegar a acuerdos mutuos. Si es así, es mucho más inteligente dejarlo para otro momento en el que este más abierto y receptivo que seguir insistiendo e insistiendo… ya que sólo provocará que se bloquee más. Escuchar pasa también por estar atento y preocuparte por lo que te está explicando, por lo que intenta no interrumpir y esperar a que termine su argumentación para dar tu opinión… una forma muy útil para demostrar que estas interesado en lo que te está contando es ir formulando preguntas para intentar entenderle mejor cómo se encuentra, qué siente y cuáles son sus motivos de estar así.

Otro asunto del que debemos tener especial cuidado es cuando los problemas laborales o que han ido surgiendo a lo largo del día nos van cargando e irritando y al llegar a casa proyectamos todo nuestra frustración en la pareja o en las personas con las que convivimos. En estos casos y casi sin darnos cuenta nos molesta todo del otro, desde un estornudo, hasta como ha colocado la ropa en el armario… y en muy poco tiempo estamos sumergidos en una gran discusión de pareja por asuntos muy triviales que lo único que aportará es malestar personal y desgaste en la relación. En estos casos la anticipación resulta muy efectiva, aprendiendo a gestionar las emociones en lugar de dejarnos llevar por ellas.

pareja pelea gritos

El gran secreto para saber gestionar de forma positiva y constructiva los desacuerdos y enfados en la pareja es el uso de la comunicación: hablar, hablar y habla. Lo que se traduce en pactar, acordar, ceder, compartir, colaborar, perdonar, razonar, debatir, conocer… Uno de los asuntos que peor se manejan en el mundo relacional es que no escuchamos para comprender al otro sino para contestar y defendernos

Cuando somos capaces de verbalizar y explicar lo que nos pasa, lo que sentimos, nos enfada, nos molesta… sin agredir, ni atacar, con respeto y calma… entonces estaremos expresando y comunicando estados emocionales con razones y argumentos, con demandas sensatas y razonables… Si manejamos bien la comunicación verbal y no verbal, el otro estará en una posición mucho más favorable y dispuesta a entendernos, a comprender nuestro punto de vista e incluso a reconsiderar y modificar su conducta… rompiendo con la espiral de poder para ver quién gana la batalla.

Utiliza la amabilidad y la cortesía, el tono de voz adecuado, el contacto ocular, sonríe… Con tono déspota y dominante no se consiguen acuerdos, todo lo contrario, te distancias y desvinculas del otro.

¿Te encuentras atascado en tu relación de pareja? ¿Tienes dudas sobre si estas con la persona adecuada? ¿Quieres introducir cambios, mejorar tu relación, bienestar y tu vida en pareja? ¿Sientes que tu relación de pareja va cada vez peor? ¿Os pasáis discutiendo cada vez más tiempo y por cualquier tontería? ¿Ya no sabes que hacer para reconducir la situación?

Si tomas la decisión del cambio, será todo un honor para mí acompañarte en este proceso de transformación y crecimiento personal. La crisis que estás atravesando puede ser tu gran oportunidad para generar desarrollo y fortaleza psicológica. El cambio SI es posible, da el primer paso y ponte en contacto conmigo!

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