Lo malo de ser bueno en la relación de pareja
Lo malo de ser bueno en la relación de pareja
Pensamos que las conductas de ayuda o altruistas se presentan en general, cuando alguien pone en riesgo su vida. También, socialmente está bien visto ayudar a las personas que han sido víctimas de un desastre natural o desaventura en la vida y se espera que mostremos: solidaridad, compasión y apoyo.
Sin embargo, ayudar está presente en casi todas las esferas de la vida cotidiana. Los padres ayudan a los hijos y son un modelo inconsciente de comportamiento futuro para su vida adulta. En la teoría del aprendizaje social de Alberto Bandura, la idea básica sostiene que los niños aprenden en contextos sociales a través de la observación y la imitación del comportamiento que presenciaron, sean estos actos sublimes de amor, solidaridad, compasión o ayuda social, pero también desafortunadamente actos de violencia atenuada o explicita. Y, estas conductas vienen consciente o inconscientemente de los padres o de los cuidadores principales.
Los niños tienen también, sus propios descubrimientos:
- Van desarrollando su sentido de la moralidad; del bien y del mal, e intuyen lo que es justo e injusto para ellos y los demás. Aprenden muchas cosas más a medida que crecen y se desarrollan. Son envidiosos o generosos, asimilan el concepto de premio o castigo, de dividir o sumar esfuerzos. Así como las conductas más elevadas de compartir, sentir compasión, ser altruistas, y de cooperar para lograr el éxito.
Por lo tanto, no es extraño suponer que muchas de las conductas positivas de ayuda o egoístas de lo que somos hoy en día con la pareja, tuvieron como caldo de cultivo, el modelo de comportamiento de nuestros padres.
Ayudamos entonces en la relación de pareja, tomando los aprendizajes de nuestros propios padres o cuidadores principales. Por lo tanto, brindar apoyo, ser egoístas y no compartir en la edad adulta muy probablemente viene también del contexto, la cultura y la cosmovisión de donde crecimos y nos desarrollamos. Y esto lo vemos completamente natural, independientemente del extremo en donde nos encontremos: ayudar o ser egoístas.
Podemos ayudar a personas conocidas o desconocidas. Lo que se conoce como comportamiento prosocial, “es una conducta voluntaria que se realiza para beneficiar a otras personas” (Franzoi, 2007, p. 532). Sin embargo, ¿tienen algo en común el altruismo y el egoísmo?, ¿Existe un perfil de la persona que ayuda y la que recibe ayuda? ¿Cuáles son los límites sanos de ofrecer y recibir ayuda?, ¿Cuáles son los costos y beneficios de la persona que brinda ayuda?, ¿Son suficientes los beneficios de la persona que recibe ayuda o no tienen límite?, ¿En qué se parecen las personas que dan y reciben ayuda, se trata de una relación sana o enferma?
Ser pareja o ser pareja dispareja
En la singularidad, existen muchos tipos de personas, y por lo tanto, las combinaciones entre ellas, resultan una gran cantidad de tipos de parejas, unas más equilibradas que otras, unas más parejas y otras más disparejas. La siguiente, no es una clasificación científica, sin embargo, podemos distinguir parejas: pasionales, románticas, amorosas, vacías, simpáticas, altruistas, antipáticas, solidarias, reventadas, adictas, religiosas, respetuosas, amistosas, bondadosas, atractivas, fitness (saludables), vegetarianas, veganas, egoístas, en fin, la lista es interminable.
Otro elemento importante, en esta multiplicidad de combinaciones son las parejas en donde uno de sus miembros tiene más características positivas y el otro, más negativas. Dando como resultado un universo cóncavo y convexo, asimétrico y complejo.
Existen otros tipos de parejas, considerando el vínculo social y de exclusividad sexual que establecen. Se pueden mencionar, las parejas: monógamas, abiertas, flexisexuales y poliamorosas.
Una variación más son las relaciones de pareja basadas en la interacción social de: apego, necesidad de afiliación, de pertenencia, de relaciones de poder asimétricas, necesidades socioafectivas, necesidades psicosociales, y las relaciones de intercambio social; castigos o recompensas, buen o mal trato, satisfacciones o insatisfacciones. Este último punto corresponde a las relaciones tóxicas y de codependencia.
Las relaciones tóxicas ocurren cuando las personas intentan controlarse mutuamente para satisfacer sus necesidades. (Huntington, 2023). Existen una multiplicidad de relaciones de pareja con este tipo de asimetrías. Sin embargo, se mantienen porque a pesar de lo malo, los integrantes encuentran cosas buenas, desde su propia perspectiva (como dar o recibir ayuda, por ejemplo). Dos características se destacan en ello: asimetrías y vaivenes en las relaciones de poder, mediadas por ciclos de buen y mal trato.
Por otro lado, algunas parejas suponen que no pueden estar separadas unas de otras, y que se necesitan para funcionar en la vida cotidiana. Estar separados o desapegados les produce: frustración, estrés, sentimientos de vacío, de inutilidad, de ansiedad, dolor emocional, sentimientos de soledad y de miedo a la separación. Lo que las vuelve también en relaciones codependientes. En las relaciones de codependencia, una persona depende de la otra para la toma de decisiones y su desarrollo en general, se piensa que no puede hacer las cosas, sino esta el otro miembro de la pareja.
Analizando cada uno de los elementos: la paradoja de la unidualidad: altruista-egoísta
Si descomponemos los elementos de la unidualidad, tendremos varias características a destacar:
El egoísmo
Una persona egoísta: piensa primero en sus intereses, es ambiciosa, codiciosa, egotista, utilitaria e interesada.
Egoísta. Se dice de la persona que antepone el interés propio al ajeno, aunque acaree prejuicio a los demás, también se dice de sus acciones y comportamiento. (Larousse, 2003, p. 370).
Egoísmo. Inmoderado y excesivo amor a sí mismo, que hace atender desmedidamente al propio interés, sin cuidarse de los demás. (RAE, 2023).
Sinónimos de egoísta son: Ambición (deseo intenso de conseguir poder, dignidades, fama, etc.), Codicia (deseo excesivo de riqueza u otras cosas), Ególatra (culto excesivo de la propia persona), Egotista (que manifiesta egoísmo), Insolidaridad (falta de solidaridad), Utilitario (que antepone la utilidad a las demás cualidades) e Interesado (que solo se mueve por el interés propio). Antónimo: Altruista.
El altruismo
Por otro lado, una persona altruista: piensa en el beneficio del otro e incluso sacrifica sus beneficios por el bien del grupo. Además, es: abnegada, desprendida, brinda caridad, es filantrópica, empática y generosa.
Altruismo. Cuidado desinteresado del bien ajeno, aun a costa del propio y fundado en una moral puramente natural. (Larousse, 2003, p. 70).
Altruismo. Diligencia en procurar el bien ajeno aun a costa del propio. Fenómeno por el que algunos genes o individuos de la misma especie benefician a otros a costa de sí mismos. (RAE, 2023).
Sinónimos de altruismo son: Abnegación (Renunciar voluntariamente a los propios deseos. Sacrificio o renuncia de la voluntad, sentimientos o bienes materiales por el prójimo, por cuestiones religiosas), Filantropía (sentimiento de humanidad, afabilidad y amor), Desprendimiento (generosidad, largueza, desinterés), Caridad (Sentimiento que hace auxiliar a los pobres o necesitados) y Generosidad (Que tiende a sacrificarse o a dar a los demás lo que tiene). Antónimo: egoísmo.
En resumen, si consideramos el altruismo-egoísmo como una unidad, al menos en la interacción de las relaciones de pareja, por paradójico que parezca, son caras similares de una misma realidad, no podemos entender un concepto sin la presencia del otro. Incluso se dice que existe un gen altruista y un gen egoísta, abriendo otro debate, si son las personas o la continuidad de los genes lo que la naturaleza pone en juego y las personas simples vehículos de trasporte para trascender a generaciones venideras.
En la paradoja de la unidualidad altruismo-egoísmo, se debe precisar que:
- Son polaridades de la misma realidad (principio Dialógico o de dialogización del pensamiento complejo),
- En ocasiones somos incapaces de ver ambos conceptos al mismo tiempo, o nos concentramos en uno o en otro, pero ambos están completamente imbricados (principio de Borrosidad del pensamiento complejo),,
- No se puede entender un concepto, sin considerar o tomar como referencia el significado, ni las características del otro,
- Cada par de opuestos, forman un todo y se necesita uno para entender al otro,
- Cada opuesto, le da sentido al otro, y
- La paradoja de la unidualidad altruismo-egoísmo es la antítesis, de la misma polaridad.
Todas estas aseveraciones las podemos ver más claramente en al menos dos principios del pensamiento complejo, descritos más adelante.
Análisis semántico de la paradoja de la unidualidad: Altruista-Egoísta.
Con el fin de entender el mundo que nos rodea, formamos grandes categorías de información que le dan sentido y dirección a nuestras conductas. Sin embargo, para hacer el mundo más entendible, tendemos a disgregar los elementos por unidades aparentemente separadas, por ejemplo:
- el día y la noche (periodo de tiempo en que sale y se oculta el sol), inhalar y exhalar (respiración), entrada y salida (es pasar de adentro hacia afuera y viceversa), temporalidad e intemporalidad (lo que tiene tiempo y lo que no lo tiene), luz y sombra (son áreas iluminadas y no iluminadas), vida o muerte (es un ciclo biológico), por citar solo algunos.
Se realiza un análisis de los conceptos altruista-egoísta, desde la perspectiva del pensamiento complejo de Edgar Morín, la cual rompe con lo simple, observando la realidad como una estrategia globalizadora. “El término complejo designa hoy una comprensión del mundo como entidad donde todo se encuentra entrelazado, como un tejido compuesto de finos hilos: lo que está tejido junto” (Multiversidad Mundo Real, 2018).
Se trata de un objeto de estudio que está entrelazado “altruismo-egoísmo”, es un mundo que funciona como un sistema con propiedades complejas, donde se consideran nuevas perspectivas de análisis basadas en diversos principios. Para el análisis presente, se utilizarán básicamente dos principios: Dialógico o de dialogización y Borrosidad.
Dialógico o de dialogización. Une o relaciona dos ideas antagónicas o excluyentes e inseparables, conduce a la idea de unidualidad compleja: Altruista-Egoísta.
En lo simple, y desarticulado, nos han enseñado que algunos eventos son independientes entre sí, y se analizan por separado: altruismo – egoísmo. Pero cada uno de estos pares, se puede explicar teniendo como referencia uno, para explicar el otro. El que es altruista, no es egoísta y viceversa. Incluso, no tendría sentido hablar de uno, sin el opuesto. El principio dialógico, analiza justo esta imbricación entre ambos elementos, aparentemente contrarios u opuestos para plantear una misma realidad a pesar de verse como antagónica, excluyente, y es resultado de una misma realidad inseparable.
Borrosidad. Se opone a la idea de enunciados completamente delimitados y dicotómicos. Existen enunciados inciertos con limites borrosos. ¿Hasta dónde alguien altruista es egoísta o altruista?
El principio se opone a la idea de ver las relaciones conceptuales como excluyentes y dicotómicas: es blanco o es negro, sin ambigüedades. Una representación gráfica es el símbolo de Ying y Yang, estamos frente a un círculo con una parte blanca y otra negra, pero dentro de lo blanco hay negro y dentro de lo negro hay blanco. En el altruismo hay egoísmo (Altruismo egoísta). Y, siendo egoísta, ayuda a la persona altruista a ser bueno, aprovechándose de sus recursos.
En una parte los límites se vuelven claros, pero en otra no. Lo mismo podemos ver en la representación gráfica del extraordinario dibujante neerlandés Maurits Cornelis Escher, quien con sus teselaciones nos muestra un dibujo de ángeles y demonios, donde el límite de los ángeles es el contorno de los demonios, y el límite de los demonios es la figura de los ángeles.
En psicología el límite entre lo bueno y lo malo es difuso, es borroso. Alguien puede enfermar de empatía y sufrir por el dolor o la desventura de otros. Y, otros pueden gozar haciendo el mal a los buenos, aprovechándose de sus recursos. Dar ayuda tiene un lado oscuro que puede enfermar (cuando el que da, espera recibir algún beneficio). Y, recibir ayuda exigiendo más ayuda, es ser ingrato, manipulador del bien y ególatra.
Perfil de la persona altruista en la pareja
Ser una persona altruista, es alguien que en general está dispuesto a ayudar, es empático, está dispuesto a sacrificarse por los demás, a dejar de lado sus necesidades para satisfacer las del grupo: pareja, familia o comunidad.
En ocasiones sacrifica su beneficio personal y ayuda sin que nadie sepa que está dando la ayuda (ayuda altruista), lo hace sin esperar nada a cambio, pero también en su lado oscuro, lo hace porque inconscientemente quisiera tener ese reconocimiento de ayuda, para su propia autoestima y su ego (ayuda egoísta).
Existen dos extremos en el formato de la persona que brinda ayuda a la pareja: uno sano (ayuda altruista) y otro insano tóxico y codependiente (ayuda egoísta).
Ayuda altruista: Una forma de ayudar en la que el objetivo del que ayuda es aumentar el bienestar del otro sin esperar nada a cambio. (Franzoi, 2007, p. 533). El objetivo es aumentar el beneficio del otro.
Ayuda egoísta: Una forma de ayudar en la que la última meta del que ayuda es aumentar su propio bienestar. (Franzoi, 2007, p. 533). Ayuda buscando algún beneficio a cambio, puede ser alguna acción o favor para su propio bienestar o ser reconocido por haber brindado la ayuda.
Como se puede observar, el brindar ayuda tiene un lado oscuro: recibir algún tipo de reconocimiento o también algún beneficio o satisfactor personal o reconocimiento social.
Características de la …
Ayuda altruista
- Siempre encuentra un motivo para ayudar y eso le hace sentirse: feliz, motivado y realizado. Además, lo hace desinteresadamente.
Ayuda egoísta
- Se siente bien ofreciendo ayuda y neutraliza las quejas de su pareja.
- Le libera de culpa, si acaso no ayudara, cuando su pareja se lo pide o la persona intuye que necesita ayuda.
- Quieren ayudar casi de tiempo completo. Sin embargo, la ayuda que brinda para quien la recibe, nunca es suficiente.
- Viven atrapados por la culpa al no haber atendido problemas del pasado y eso sigue siendo el reclamo de su pareja.
- La pareja le reclama, por ayudar beneficiar a otras personas, pensando que tiene la exclusividad de su ayuda.
- Inconscientemente se convierten en personas tóxicas y codependientes. Lo son para sí mismas al creer que necesita resolver todas las necesidades de la pareja. Y, la pareja cree que todo le necesita resolver el que ayuda. Sin embargo, la ayuda del altruista, nunca será suficiente para quien la reciba.
- En general, pierde su identidad, está comprometido con la pareja y a su entera disposición, sacrificando sus propias necesidades y actividades.
- Da en la medida de sus posibilidades y a veces más, aunque se quede sin recursos.
- Es una persona muy empática (enferma de empatía) y suele ponerse en el lugar de la pareja, pero no necesariamente la pareja hace lo mismo en reciprocidad.
- Conoce más las necesidades de su pareja, que las propias.
- Es apoyo socioafectivo, psicológico, espiritual y económico para la pareja, los hijos y la familia en general.
- En ocasiones se siente con frustración, por no poder ayudar en la proporción que requiere la pareja.
- En lo tóxico, mientras más da, menos llena las necesidades de quien recibe la ayuda. Y ello le hace sentirse con enojo y frustración.
- Son personas tóxicas y codependientes, para sí mism@s y los demás, al estar ayudando constantemente.
- Necesita a la persona a la que le brinda ayuda para sentirse bien dando recursos, tiempo o cubriendo sus necesidades, para sentirse valorad@, pero ni aun dando todo es suficiente.