Mamitis aguda o relaciones de apego disfuncionales
Mamitis aguda o relaciones de apego disfuncionales
El papel desempeñado por la madre en la crianza de los hijos resulta ser de vital importancia en la formación de su seguridad emocional. Una relación de apego inadecuada puede desembocar en lo que se conoce como mamitis en adultos, hombres especialmente.
El ser humano no vive aislado, somos seres sociables por naturaleza y las primeras figuras con quienes los niños tienen contacto son sus padres. La importancia de este acontecimiento es que en esta fase se asentarán las bases de los contactos sociales experimentados por los niños más adelante.
Así, las relaciones sociales se construyen, se desarrollan y se deshacen en el transcurso de nuestra vida y están intensamente marcadas por el periodo de la infancia y las relaciones con los padres y en especial la que se establece con la madre o la persona cuidadora.
Aquí se construyen los cimientos de las relaciones sociales y de pareja posteriores. Uno de los aspectos esenciales en la entrada de la relación social es el apego y el otro se conoce con el nombre de socialización.
El apego es el afecto o cariño y los cuidados físicos (Fischer, 1990) experimentados con las personas que me rodean, mientras que la socialización son el conjunto de reglas aprendidas de convivencia en sociedad, es lo aceptado y lo no aceptado que se espera que una persona haga en la convivencia en grupo.
Contenido
Qué es mamitis en adultos
La mamitis en hombres se produce cuando un adulto se siente incapaz de madurar en su seguridad afectiva alejado de la madre. El hijo en general obedece porque una vez que quedaron introyectadas las reglas de crianza de la madre, en general no pretenden retarla o desobedecer y sufrir las consecuencias de ello. Esta es la razón inconsciente por la cual los hijos difícilmente retan la autoridad de la madre.
La mamitis en adultos hombres se caracteriza por:
- Estar al pendiente en primer lugar de las necesidades de su madre.
- En segundo de las de él mismo.
- Y en tercer lugar las de la esposa e hijos.
Cómo saber si mi esposo tiene mamitis: ejemplos
- Mi esposo habla todos los días con su madre.
- Mi esposo le da prioridad a su mamá.
- Tu pareja siempre defiende a su madre.
¿Te suenan esas frases o pensamientos? Son claros indicativos de la mamitis en hombres, pero existen otros ejemplos igual de claros, como los siguientes:
- Enrique está en una reunión compartiendo un rato con sus amigos y repentinamente se despide porque va a ir a ver a su mamá.
- Daniel pelea constantemente con su esposa porque ella no entiende que le llamó su mamá y necesita llevarla a visitar a unos familiares.
- Rubén se siente culpable porque ahora que está casado no puede visitar tan seguido a su madre, por ello los fines de semana la pasa con ella a pesar de lo enfurecida que se quedan su esposa y sus hijos.
- Víctor religiosamente todos los días justo a las 8 de la noche llama a su mamá para saludarla y el día que olvida hacerlo, ella le hace un gran drama.
- José recibe la llamada de su madre porque quiere ver a sus nietos y va para su casa, y él es incapaz de decirle que están de salida y no la pueden esperar.
Papel de la madre en la mamitis en adultos
Supone que sigue teniendo el derecho de seguir educando a su hijo, pues fue quien le dio su marco de referencia emocional y conforme a éste debería de actuar su crio, independientemente de los años que tenga o sus responsabilidades personales. Ella es la prioridad.
La madre llega a suponer que no hay mujer digna de su hijo y la nuera es una de ellas. En ocasiones, la mamitis en hombres se mantiene incluso si la madre ha fallecido. El patrón se queda instalado y sus enseñanzas seguirán rigiendo la vida de su hijo, pues las reglas que ella estableció nunca pierden su vigencia y los buenos hijos actúan de acuerdo a esas normas.
Papel de la mujer en la mamitis
Parecería ser que es la tercera en discordia y no obstante la valoración positiva que puede hacer de su marido, calificándolo como “buen hijo”, su pareja o sea el hijo de mami, deja de cumplir como esposo.
Sin embargo, si desea continuar con la relación necesita empezar a generarle una estructura externa al marido poniendo límites de convivencia con su madre.
Tipos de mamitis en adultos
La mamitis es uno de los problemas de pareja más habituales. Y, además, se manifiesta de formas muy distintas.
1. Mamá gallina
No solo alimenta a su crio no importando su edad, sino también se siente orgullosa de tenerlos juntos a donde quiera y no necesariamente incluye a las nueras. Generalmente les gusta que todos vivan en la misma casa, si las condiciones de espacio le permiten.
2. Mamá sargento
Ordena, disciplina, regaña, castiga, pone las reglas, en su casa, en la casa de su hijo, con la esposa de su hijo y, por supuesto con los nietos. Simplemente dicen: “porqué lo digo yo” y “soy tu madre”.
3. Mamá chantajista
Puede enfermarse física o emocionalmente ante la ausencia de los hijos, hasta llegar al consultorio médico o al hospital si es necesario.
“En el chantaje están presentes dos puntos. el temor a la pérdida y al abandono, y el presionar consciente o inconscientemente a una persona a lograr los propósitos de quién somete al otro. Y se distinguen cuatros tipos de perfiles de chantajistas. castigadores, autocastigadores, víctimas y seductores (Forward, 2003).
En general, el efecto tan poderoso de este tipo de mamitis en hombres se debe a que en el otro se pudo instalar la culpa: “una máxima en sicología es crea culpa y ganarás”.
4. Mamá Wonder Woman o Mujer maravilla
TODO lo resuelve y consigue. Si considera que la nuera no es la adecuada protege al hijo y ahuyenta a la lagartona. Si necesita conseguir gas o algo del súper ella le dice dónde debe comprarlo o lo lleva personalmente por el “amor que le tiene”. Es una de las mamitis en adultos más clásica.
5. Mamá Toy Story o “Yo soy tu amiga fiel”
Piensa que es la única mujer que puede entender a su hijito, quien por cierto está casado y tiene más de 30 años.
6. Mamá Supersabia
TODO ABSOLUTAMENTE TODO lo sabe, es una enciclopedia andando de su hijo, del mundo, de sus nietos, de cualquier tema que les interese a sus críos.
7. Mamá ISO 9000 o mamá certificadora
Es la única que sabe los gustos y preferencias de su hijo y nadie más. Le indica a la nuera como hacerle de comer al hijo, como plancharle la ropa, como arreglarle la ropa si sale a trabajar fuera de la ciudad, como calentarle las tortillas y TODO, pero lo más importante es que ella misma supervisa los estándares de calidad.
8. Mamá solita
Una de las mamitis en adultos más peligrosa. Debido a que se encuentra en una situación de desamparo física y emocional, generalmente no es real y sus síntomas son psicosomáticos, llama al hijo y le hace estar más tiempo con ella que con la esposa, porque siempre se queja de algo o de alguien, haciendo alusión a su condición de abandono.
9. Mamá súper amorosa
En este tipo de mamitis en hombres, cada vez que la madre sale a la calle le compra a su hijito, ropa, comida, accesorios y cuando está con su crío, de tantas atenciones que le tiene, incluyendo besos y abrazos, pareciera ser que es su pareja y no su madre.
Las interrogantes que se hacen las esposas
¿Me casé con un niño o con un hombre?, ¿por qué es casi imposible que en alguna ocasión le diga “no” a su mamá?, ¿por qué su madre tiene tanto poder sobre mi esposo?, ¿qué necesito hacer para ponerle distancia a su madre y mi marido se corte el cordón umbilical?
Los primeros límites en el comportamiento de los hijos, vienen de los padres o las figuras que emocionalmente les brindan bienestar y seguridad. Y si estos han quedado grabados en los hijos en el proceso de socialización, se produce la mamitis en adultos. En esos casos, no es difícil imaginar a quién harán caso u obedecerán cuando sean grandes y evidentemente la esposa queda al margen de las necesidades de la diada madre e hij
En este caso las madres serían quienes les enseñaron a sus hijos: lo bueno y lo malo de la vida y los hábitos que deberían de seguir para ser buenos muchachos. Los patrones generalmente asociados a este tipo de comportamientos son madres: autoritarias, sobreprotectoras o ambivalentes combinando ambos tipos de crianza.
En el aprendizaje de la infancia al mostrar nuestras emociones podemos traerlas a la edad adulta y consciente o inconscientemente las activamos, por ejemplo:
“Un niño puede sentir miedo cuando es regañado por su madre y en ocasiones en la edad adulta hay padres que siguen regañando a sus hijos adultos sin importarles quienes estén presentes como en la infancia e inconscientemente el adulto puede obedecerla para evitar caer en esa situación de miedo infantil que ha quedado guardado en su memoria”.
Cómo quitarle la mamitis a mi esposo
Tratar este tipo de apego afectuoso es esencial, porque puede afectar tanto a la relación emocional de la pareja como a la física
Un hombre que ha podido madurar emocionalmente, se puede separar sanamente de sus padres y puede distribuir más equitativamente su tiempo de afecto y cuidados físicos (relación de apego) con los miembros de su familia, dando prioridad a su pareja, sus hijos y su familia de origen. Y estará dispuesto a ello porque inicia su propia familia empezando por su pareja. Si no sucede, estamos ante un caso de mamitis en hombres de manual.
Si la esposa no pone nuevas reglas de convivencia y se las hace saber al marido, simplemente, él seguirá las reglas de su progenitora, acentuando su mamitis en adultos y sin darse cuenta que ya es parte de otra familia.
Para algunas personas tener poder, “es poder controlar las conductas de los demás”. Sin embargo, para otras, es tener el control de uno mismo, esto significa que no podrás controlar las conductas de tu esposo para que deje de obedecer a su madre, pero si puedes mencionarle las molestias que sientes en la relación y puedes ver si él es capaz de establecer un compromiso contigo como pareja, sin tener que estar compitiendo con su madre.
Un hombre de verdad se da cuenta de que el apoyo que obtiene de su madre: ropa, techo, educación, amor y todo lo demás, tendrán que suspenderse cuando su mayoría de edad se consolide. Y que si desea tener una relación verdadera, sincera y perdurable con una mujer. debe cortar el proverbial cordón umbilical para construir una nueva familia, “la propia” (Harvey, 2009).