Cuando hablamos de celebraciones y amistades, a veces las decisiones más simples pueden llevarnos a situaciones inesperadas y divertidas. En este caso, un grupo de amigos que, en medio de los preparativos para una fiesta de cumpleaños, se enfrentan a desafíos inesperados y momentos hilarantes.

“Una de mis amigas (casi 30) organizó una reunión en un restaurante para mi cumpleaños. El lugar tiene un bar donde pasaremos el rato. El plan era tomar algo y pedir unos aperitivos. Mi esposo y yo tenemos una hija de 3 años, pero estamos contratando una niñera para lesa noche. Alquilamos una sala privada con un bar.

Otra amiga mía, Missy, tiene una hija de 5 años. Mencionó que iba a traerla. Me ofrecí a pagarle extra a mi niñera para que cuidara a su hija. Missy dijo que no porque su hija está en la guardería todo el día y no quiere que luego esté con una niñera. Le dije que lo entendía, pero no creo que sea apropiado que venga. Uno, conozco a nuestro grupo. Nos vamos a desmadrar y no quiero censurarme. Dos, la hija de Missy es como muchos niños de 5 años: no se queda quieta, quiere corretear por todas partes. Missy admite que no la lleva mucho a restaurantes porque no sabe comportarse. Pero también sé que Missy simplemente la dejará hacer lo que quiera, ya que es muy permisiva.”

“Hablé con la amiga que organizó la reunión y le dije que no quiero que haya niños allí. Hay una razón por la que conseguí una niñera para mi hijo. Esa amiga estuvo de acuerdo y le dijo a Missy que no trajera a su hija. Missy ahora se ha enfadado y ha dicho que no vendrá. Le dije que lo entiendo completamente. Hay eventos a los que he faltado porque no quiero dejar a mi hija y el grupo lo entiende, ya que todos tenemos hijos.

Le dije a Missy que estaría encantada de tener una cita de juegos/almuerzo otro día con nuestros hijos para que podamos seguir pasando tiempo juntas y que no puedo impedir que venga al restaurante, pero absolutamente no permitiremos que entre en la sala privada. Está muy dolida porque la estamos excluyendo.”

“¿Soy yo la mala por no querer un niño en mi fiesta y decirle a mi amiga que no puede venir si lo trae?

Además, si es relevante, Missy no pagó por la sala alquilada. Dos de mis otras amigas lo hicieron como regalo para mí. Así que no es como si le estuviera diciendo que no puede venir a algo por lo que pagó.”

Enfrentarse y no cruzar palabra con una buena amiga, siempre es bastante doloroso, por lo que en Genial.guru hemos querido darle algunos consejos a la protagonista de esta historia:

• Respeto mutuo: Reconoce y respeta las decisiones de Missy como madre, pero también mantén tus propias preferencias y límites. Trata de encontrar un equilibrio que funcione para ambas partes.
• Compromiso: Sugiere alternativas para pasar tiempo juntas que no involucren eventos donde los niños puedan interferir. Organizar una cita para que los niños jueguen en otro momento puede ser una excelente manera de mantener la amistad sin comprometer la comodidad de la celebración.
• Claridad en la comunicación: Asegúrate de expresar claramente tus expectativas y límites con respecto a la asistencia de niños en la fiesta. Esto evitará malentendidos y resentimientos en el futuro.
• Flexibilidad: Mantén la mente abierta y muestra disposición para encontrar soluciones que funcionen para ambas partes. Ser flexible y comprensivo puede ayudar a mantener una relación positiva con Missy a largo plazo.