Padres arrepentidos de tener hijos
Padres arrepentidos de tener hijos
El hecho de que existan muchos padres arrepentidos de haber tenido hijos no es nada nuevo, pero sí es tabú. Sobre todo, si se trata de una madre. En nuestra sociedad actual, uno de los hechos cúlmenes de la felicidad es el traer un hijo al mundo. Sobre todo, si se trata de una mujer. Sí, se hace un especial hincapié en la mujer porque se asume que toda mujer quiere ser madre y que si quiere experimentar una gran felicidad y ser una mujer completa debe traer un hijo al mundo. Sin duda, un tema complejo que iremos desgranando poco a poco. ¡Empecemos!
¡Tengamos un hijo!
Un mantra muy extendido que nos inculcan desde pequeños es aquel que dice que debemos estudiar, trabajar, casarnos y tener hijos. De alguna forma, se nos vende que el tener hijos nos hace personas más completas. Incluso, en el caso de las mujeres, desde que son pequeñas las bombardean con muñecas y con afirmaciones como «cuando seas madre…» o «se te va a pasar el arroz».
De alguna forma, la opción voluntaria de tener un hijo desde la decisión personal y el amor, se convierte en una especie de obligación y presión social que subyuga a muchas parejas a tener descendencia aun sin estar seguros.
De esta forma, no es de extrañar que con el tiempo se den casos de padres arrepentidos de serlo. Pero, ¿qué tipo de arrepentimiento existe entre los padres y madres? Una investigación liderada por Julia Moore de la Universidad de Utah, arroja luz sobre este tema en su artículo de 2018 What do parents regret about having children? Communicating regrets online y coloca sobre la mesa dos tipos de arrepentimientos.
Arrepentimiento por cambio de contexto
El primer tipo de arrepentimiento está relacionado con el contexto. Una gran cantidad de padres arrepentidos de serlo no evitarían tener hijos, pero sí cambiarían el contexto en el que los tuvieron. En concreto, algunos padres tendrían hijos antes y otros los tendrían después. Cuando tenemos hijos a una edad temprana, de lo que se arrepienten muchos progenitores es de la pérdida de la libertad que supone el cuidar al pequeño retoño.
Su día a día ya no es el mismo, por lo que se ven privados de esa libertad de movimiento. Por otro lado, aquellos que los tendrían antes, piensan que quizá son demasiado mayores para ser padres y les hubiera gustado estar más tiempo con sus hijos. Cabe decir que estos datos no son generales, es decir, no por tener hijos tarde o tenerlos temprano existe el arrepentimiento, sino que en este caso concreto se habla de aquellos casos en los que sí existe dicha emoción.
Por otro lado, otro aspecto que cambiarían sería la cantidad de descendientes. También existen padres arrepentidos que consideran que el mundo es un lugar hostil por lo que el arrepentimiento radica en haber traído a una nueva vida en un planeta en el que existe la violencia, el paro, el hambre, la mentira, etc.
Por último, otro tipo de arrepentimiento es aquel que radica en torno al sacrificio. Se trata de un motivo ligado al de la pérdida de libertad, pero añade a ello todo el esfuerzo que se debe llevar a cabo para la crianza de un hijo.
Arrepentimiento total
El segundo tipo de arrepentimiento es el que Julia Moore llama arrepentimiento total, es decir, en el que si los progenitores arrepentidos pudieran volver atrás no tendrían hijos. Se trata de un tipo de arrepentimiento muy difícil de admitir, sobre todo a nivel social e incluso a nivel personal.
Una de las causas que existen detrás de este arrepentimiento es el hecho de que los hijos sean difíciles y a los padres se les «vaya de las manos» la situación.
Por otro lado, otro motivo que se esconde detrás de este arrepentimiento es que muchos padres se autoevalúan como malos progenitores y sus propios problemas les impiden ver los problemas de los hijos, por lo que perciben la experiencia de la maternidad y paternidad como un fracaso. Sin embargo, esto no quiere decir que no quieran a sus hijos. Este tipo de padres posee la capacidad para diferenciar el arrepentimiento del amor y todo ello al mismo tiempo.
Conclusión
Cuántas veces hemos escuchado aquello de «si volviera atrás no tendría hijos, pero ahora los tengo no los cambio por nada, pero si volviera atrás…». Se trata de un pensamiento en bucle, pero que distingue entre el arrepentimiento y el amor.
La vida arrolladora que llevamos casi no nos deja tiempo a la reflexión y a la decisión consciente de tener hijos, por ello es fundamental que la descendencia sea querida y no traída al mundo casi de forma automática o por obligación.