Sanación emocional: ¿qué es y cómo funciona?
Sanación emocional: ¿qué es y cómo funciona?
La sanación emocional es un proceso psicológico en el que reconocer, aceptar e integrar una serie de experiencias dolorosas o traumáticas la cuales nos ayudan a enfrentar lo que estamos viviendo. Ira, tristeza, angustia miedo, desesperación, son factores que cuesta comprender y sobre todo manejar pero con ayuda profesional podremos salir adelante.
Aunque en la mayoría de las veces no les damos mucha importancia, pero las experiencias vividas en la infancia dejan huellas que marcan nuestra personalidad. Es por ello, que en este artículo explicaré que es la sanación emocional y cómo funciona.
Significado de Sanación emocional
La sanación emocional es el proceso terapéutico que nos permite aceptar, comprender y autorregular esos estados psicoemocionales que restringen el bienestar y condicionan por completo nuestra vida.
El sufrimiento y la angustia emocional son un eterno leitmotiv en nuestras existencias. Pérdidas, rupturas, decepciones. Nadie es exento a esos giros del destino ni a esas muecas que deja la vida y nuestras relaciones con los demás. De igual modo, se da otro hecho, cada persona lidia de una manera particular ante la adversidad que se presente.
Hay quienes son más fuertes que otras personas y están los que son más vulnerables. Por lo que es muy común arrastrar desde la infancia hechos traumáticos que nunca llegan a superarse. Uno puede llegar a la edad adulta con el peso de la tristeza, la herida y del desconsuelo y la cicatriz de la rabia. Toda emoción se entremezcla y causa un tipo de revestimiento que imanta a la soledad y a más de un trastorno psicológico, como la depresión.
Lo opuesto a esta dimensión es la represión emocional. Se trata de un estado en que la persona reprime las emociones para intentar disminuir el dolor. Sin embargo, con esta técnica lo que se logra es eternizar el propio sufrimiento.
Etapas que necesitamos analizar para sanar nuestras heridas emocionales
1. Acepta la herida como parte de ti mismo
La herida existe, puedes estar o no de acuerdo con el hecho, pero el primer paso es aceptar esa posibilidad. Según opinión de Lisa Bourbeaur, ella afirma que “aceptar una herida significa mirarla, observarla detenidamente y saber que tener situaciones que resolver forma parte de la experiencia del ser humano”.
No somos mejores o peores solo porque algo nos haga daño. Haberte construido tu coraza de protección es un acto heroico, un acto de amor propio que tiene mucho mérito pero que ya ha cumplido su función. Es por ello que, una vez que la herida está abierta y la puedes ver, es momento de pensar en sanarla.
2. Acepta el hecho de que lo que temes o reprochas te lo haces a ti mismo y a los demás
La voluntad y la decisión de sobreponernos a nuestras heridas son el primer paso hacia la paciencia, la compasión y la comprensión con nosotros mismos. Estas cualidades que desarrollarás para ti mismo, irás desarrollándolas para con los demás, lo que alimentará tu bienestar.
A veces no nos damos cuenta de que ponemos nuestras expectativas vitales en los demás, esperando que suplan nuestras carencias y que colmen nuestras esperanzas. Lo cierto es que nuestro comportamiento lleva a anular nuestras relaciones y gran parte de nuestra vida, generando gran malestar porque los demás no responden como esperamos.
3. Date el permiso para enfadarte con aquellos que alimentaron esa herida
Cuánto más nos dañen y más profundas sean nuestras heridas, más normal y humano resultará culpar y sentir enfado hacia quien nos perjudicó. Date permiso para enfadarte con ellos y perdónate a ti mismo. De lo contrario, desahogarás todo ese rencor contigo mismo y con los demás, pues si lo haces es como si estuvieras escarbando tus heridas de manera constante.
También es necesario perdonar, ya que debemos aceptar que las personas que hieren es probable que lleven dentro un profundo dolor. Nosotros mismos dañamos a los demás con las máscaras que nos ponemos para proteger nuestras heridas.
4. Deja que las cosas fluyan
Muchas veces no podemos seguir con nuestra vida porque somos capaces de dejarnos llevar. Lo queremos controlar todo y le damos mil vueltas a un mismo tema. Esto nos genera estrés y ansiedad. Lo mejor que podemos hacer es dejarnos llevar, dejar que las cosas fluyan y sigan su curso natural. Sin intentar controlar nuestro futuro o intentar cambiar el pasado.
5. Aprende a gestionar las emociones
Gestionar las emociones permite cerrar heridas. Si aprendemos cómo comunicar y utilizar los sentimientos, las podremos cerrar antes. Para hacerlo debemos aprender de las experiencias pasadas.
6. Hay que ser empáticos
De la misma manera que nosotros nos podemos sentir mal, debemos tener en cuenta que otras personas pueden tener heridas emocionales. Para poder cuidarlos y ayudarlos en lo que necesiten. La empatía es la capacidad de ponerse en la piel de la otra persona, esto nos ayudará a entender lo que sienten y poder ayudarles de la mejor manera posible.
Sabemos que cerrar una herida emocional no es fácil pero es posible. Solo se debe ser constante con lo que sentimos y con lo que sienten los demás para mejorar la calidad de vida de nuestro entorno.
7. No dudes en pedir ayuda
Puede que sea difícil reconocer que no podemos con todo. Pero a veces es necesario que alguien nos ayude a superar ciertas situaciones. Existen profesionales que nos pueden ayudar a gestionar mejor la situación, a reconocer ciertas emociones que no sabíamos que sentíamos. A controlar los momentos de dolor. Nos ayudarán a encontrar lo que no está bien y cómo podemos gestionarlo.
No debemos sentirnos mal o fracasados cuando recurramos a un especialista, al contrario nos servirá de mucha ayuda para sacar a flote esas emociones ocultas. Significa que somos capaces de reconocer que necesitamos ayuda y que deseamos mejorar la situación y así poder salir adelante.