Relaciones de pareja: atracción, largo plazo y ruptura

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Relaciones de pareja: atracción, largo plazo y ruptura

La atracción interpersonal o enamoramiento se conoce en psicología como una “alteración emocional” provocada por una emoción intensa y casi incontrolable, sensación de placer, bienestar, palpitaciones y en ocasiones mucho nerviosismo, incluso con la sensación de tener un “nudo en el estómago” cuando estamos en presencia de otra persona, la persona que nos atrae.

Bases sociales y culturales del enamoramiento

Tanto la atracción como el enamoramiento contienen un componente cultural muy fuerte. Para sentir amor y atracción, ha de haberse nacido y estar criado en la cultura del amor y la atracción, todos ellos son conceptos muy occidentales.

Existen mujeres de diferentes culturas a la nuestra que no entienden el concepto “enamoramiento” o “amor romántico”, no forma parte de su forma de pensar; si se le pregunta a esta mujer si está enamorada de su marido, puede responder “¿no me he casado con él?”

Incluso en nuestra cultura no hace tanto que existe este concepto claramente definido, hace casi un siglo que el amor se ha unido a la institución familiar, es decir, al matrimonio. Anteriormente casi todos los matrimonios eran concertados. El marco familiar no tenía nada que ver con el amor. Se casaban por conveniencia esperando que con el tiempo surgiera el afecto.

Actualmente la evolución social y cultural, la igualdad entre sexos, propiciaron la libertad de elegir pareja. Paradójicamente los divorcios, separaciones también han aumentado de forma considerable.

Existen muchos factores o variables externas que mediatizan e influyen en el resultado de una atracción interpersonal, y estas son entre otras: la familia, los amigos, las anteriores relaciones de pareja que hemos tenido, las modas, etc.

Pero por otro lado, en toda atracción existe una estrecha relación entre el componente social y la respuesta fisiológica.

Factores que influyen en la atracción interpersonal

Para empezar, en toda relación ha de existir reciprocidad; o sea que para que exista atracción el otro debe saber que uno existe, que se siente atraído y que es correspondido. Para que esto suceda se deben dar cuatro condicionantes:

Proximidad

En el sentido de cercanía. A mayores posibilidades de interacción, más probabilidades de atracción. Con la proximidad se produce también la familiaridad, y por tanto una mayor frecuencia y posibilidad de relación.

Aspecto físico

Este es un factor importante porque está relacionado con las primeras impresiones y los cánones culturales de belleza. Aunque debemos saber que el efecto de la belleza es a corto plazo, a medio y largo plazo no tiene tanta incidencia. Una primera impresión positiva a la larga se suele negativizar.

La primera impresión negativa también produce alteración emocional. Ante un aspecto físico que no nos agrada, con el tiempo y la proximidad éste se positiviza, ya que aparecen otros factores relacionados con el carácter que nos hacen ver a esa persona de otra forma, sin fijarnos tanto en su aspecto físico.

Similitud

Es el factor más importante. No son sólo las primeras impresiones lo que nos atrae, sino que al relacionarnos con la otra persona se ha de producir una percepción de que los dos son similares en cuanto a gustos, ideologías,…

¿Porqué?, Por la necesidad de afiliación, o sea de compartir con otros. No es del todo cierto que “los polos opuestos se atraen”. Además la similitud potencia la autoestima personal.

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Complementariedad

Todo y con lo que hemos dicho hasta ahora, hemos de puntualizar que tampoco se puede ser “como dos gotas de agua”, porque ha de haber una cierta satisfacción de necesidades.

O sea, ni “polos opuestos” ni “gotas de agua”, porque se establecen dos deseos en toda relación que son opuestos:

  • Deseo de autonomía, independencia: deseo de cambio
  • Deseo de unión con el otro: deseo de estabilidad

Cada relación encuentra su propio equilibrio entre los polos.

Las relaciones a largo plazo

¿Cómo se mantiene el equilibrio para que una relación sea a largo plazo?. En principio se necesita establecer ciertas normas en la pareja, y para ello ha de existir:

Comunicación

Es un criterio imprescindible: hablar y poder hacerlo, sentir que el otro te escuchará y reaccionará; no se refiere a la cantidad, sino a la calidad.

Equidad

La equidad no es sinónimo de igualdad, sino de percepción interna que se obtienen unos beneficios similares a los costes que invertimos. En las relaciones siempre se invierte (costes) y se obtiene (beneficios). Por ejemplo, ofrecemos a nuestra pareja una relación de confianza y fidelidad (costes) y deseamos recibir lo mismo (beneficios).

En una relación a largo plazo ha de existir percepción de equidad: lo que se invierte en la relación y lo que se obtiene es igual a lo que el otro está invirtiendo y obteniendo, aunque en ocasiones una tercera persona pueda discrepar viendo la relación desde fuera. Lo importante es que los dos implicados perciban o sientan esa equidad, exista objetivamente o no.

costes relacion pareja

Esta igualdad es una percepción de la persona, nunca puede valorarse desde fuera.

Sentimiento de unidad

No quiere decir hacer siempre lo mismo, pero sí ir por caminos conjuntos. Cuando uno habla siempre como YO puede indicar que hay un elemento disruptivo, o sea, que puede haber un conflicto.

Negociación de normas

Las normas establecidas en una relación se marcan casi siempre según el componente social y cultural, por ejemplo, en la cultura occidental queda implícita la fidelidad conyugal, sin por ello tener que hablar explícitamente del tema. En ocasiones hay parejas que re-negocian esta u otras normas, lo cual si se llega a un acuerdo que satisfaga ambos componentes, no existe ningún problema en cambiarla. De todas formas las normas deben marcarse para que la relación fluya sin malentendidos, y éstas han de revisarse cuando sea preciso.

La ruptura de las relaciones

Las relaciones pasan por las fases antes descritas pero no de una forma cerrada, sino que es un “ir y venir”. Las relaciones pueden mantenerse estables en una etapa durante un tiempo y de pronto experimentar un cambio radical.

Se empieza a deteriorar una relación íntima cuando:

  1. las expectativas no se cumplen de forma global
  2. hay percepción de falta de equidad

Si uno siente que invierte más que los beneficios que obtiene, se produce una disonancia cognitiva: lo que pensamos que debería ser no concuerda con la verdadera realidad. La equidad es una percepción, y por eso tendemos a buscar de forma instintiva la consonancia perdida de dos formas:

  • Cambiando la percepción (sugestionándonos que el otro aporta más de lo que inicialmente percibíamos).
  • Intentando cambiar al otro.

Si todo y con esto no se obtiene la consonancia, el deterioro se mantiene y se produce un estado tenso y poco agradable. La percepción puede ser de uno o de los dos, no necesariamente de ambos componentes.

Cuando no se da la equidad aparecen las discusiones, los conflictos, los silencios y una territorialidad exagerada, con un sentimiento del YO mucho más intenso que el de NOSOTROS o de pareja (esta territorialidad puede no verse pero es muy importante). La territorialidad puede ser física (mis cosas, mi espacio, mi tiempo…) o de relación (en tomas de decisiones). Aparecen de forma continuada situaciones conflictivas por cualquier motivo, aunque no siempre se exteriorice verbalmente.

¿Cuándo se rompe una relación? Cuando se percibe una alternativa mejor. La alternativa mejor implica valorar los costes, en numerosas ocasiones si estos costes (personales, materiales, sociales) nos parecen demasiado cuantiosos, pueden impedir ver alternativas mejores.

Así pues, ante una alternativa mejor es cuando la persona se plantea la ruptura.

Resumiendo, la atracción es la suma de una alteración emocional + la construcción social. Igualmente, ambos factores intervienen tanto en la atracción como en la ruptura.

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